Este lago es de una gran belleza, con sus islotes verdes y una aguas habitualmente remansadas. Pero no es esto lo que lo hace más visitado. A su alrededor se suceden los más variados y sorprendentes fenómenos volcánicos. Conos de escoria inmensos, cráteres de fisura activos, lagunas sulfurosas, charcos de barro humeante, fumarolas, ríos de lava solidificada y muchas más se engarzan alrededor del lago.
El Mývat, por su parte, recibe su nombre (lago de las moscas) por la infinidad de estos bichejos, pequeños e insistentes que lo habitan. Afortunadamente lo hacen sólo en la ribera y aparecen esencialmente al atardecer. Vamos, que no son para tanto.
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