La iglesia de San Juan, desde la que John Knox lanzó sus más incendiarios sermones, con vidrieras notables del XIX y XX, un animado centro peatonal y el teatro municipal, que tras una fachada poco prometedora alberga un laberinto de cafés con una buena parte de la sociedad local aposentada en sus salones.
sábado, 15 de agosto de 2009
Perth
Entramos en Perth con la noticia del nacimiento de nuestro sobrino y primo Javier, así que como además llovía a cántaros, tampoco le dedicamos más atenciones a esta ciudad, constreñida entre dos magníficos parques y rodeada de suaves colinas.



La iglesia de San Juan, desde la que John Knox lanzó sus más incendiarios sermones, con vidrieras notables del XIX y XX, un animado centro peatonal y el teatro municipal, que tras una fachada poco prometedora alberga un laberinto de cafés con una buena parte de la sociedad local aposentada en sus salones.
La iglesia de San Juan, desde la que John Knox lanzó sus más incendiarios sermones, con vidrieras notables del XIX y XX, un animado centro peatonal y el teatro municipal, que tras una fachada poco prometedora alberga un laberinto de cafés con una buena parte de la sociedad local aposentada en sus salones.
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