lunes, 31 de agosto de 2009

Londres, punto final.











Estos últimos días en Londres nos van devolviendo al habitat urbano. Hemos adelantado una hora el reloj, ya sólo nos queda otra. El metro, las calles atiborradas de gente, los autobuses rojos de dos pisos, los taxis negros con su gran "salón" interior, todo nos trae las imágenes tantas veces vistas de esta ciudad, y a la vez nos acerca a la nuestra.

Le daremos forma con más tiempo (o no...), pero como despedida unas cuantas fotos de nuestras caminatas. El Parlamento (muy interesante la visita de las cámaras de los lores y los comunes, lástima que no se pudieran hacer fotos...). la Torre de Londres, el Támesis, la catedral de San Pablo, el Museo de Historia Natural, el carnaval de Notting Hill (qué casualidad!!), el Victoria & Albert Museum, Trafalgar Square...











Epílogo islandés. Surtsey, Patrimonio de la Humanidad



Aún nos quedaba un "avistamiento" en Islandia. Ya desde el avión pudimos contemplar el archipiélago de las islas Vestmann. La más joven de las islas es Surtsey. Es tan joven que sólo tiene cuarenta y cinco años, ya que surgió del océano tras una erupción volcánica en 1945.



Es un "laboratorio" excepcional donde biólogos estudian la forma de colonización de plantas y animales en un terreno completamente "nuevo". Su acceso está por tanto limitado a científicos, aunque desde lo alto se ve estupendamente...

Bless Ísland



Adiós, Islandia. Nuestras últimas horas nos acercan al pasado más remoto y al futuro de un país con grandes dosis de iniciativa.



Visitamos un barco vikingo, réplica exacta realizada con materiales y herramientas tradicionales del encontrado en Noruega hace unas décadas, y datado en el siglo IX, justo en el momento de la colonización de Islandia.



En un barco como éste, de dimensiones reducidas, setenta tripulantes bajo el mando de Erik el Rojo llegaron a las costas americanas quinientos años antes que Cristóbal Colón. Recientes excavaciones en Canadá han demostrado la presencia vikinga en estas tierras en fechas anteriores al siglo XII, algo ya recogido en varias sagas con sorprendente exactitud geográfica.

El barco que contemplamos realizó hace unos años un viaje conmemorativo similar por la costa este de Norteamérica, cruzando de nuevo el océano, eso sí, en esta ocasión con algunas ayudas tecnológicas...





Y de los antiguos emprendedores islandeses, a los nuevos. Acudimos a una planta de generación de energía basada en el aprovechamiento del calor de la tierra, que en esta zona es muy alto a poca profundidad. La práctica totalidad de la energía utilizada en Islandia es de esta naturaleza.



Cruzando la ahora abandonada base militar de la OTAN nos despedimos de Islandia, un país entre dos continentes, con una historia y cultura claramente europeas, pero con un carácter de nuevo mundo, de frontera abierta que nos anticipa a América.



Nos vamos a Londres, contrapunto urbano, acelarado, multirracial, de este gran parque natural, solitario y encerrado en sí mismo que es Islandia.

sábado, 29 de agosto de 2009

El Museo Nacional de Islandia

Cerramos el círculo de la isla regresando a Reykjavik. Aprovechamos para visitar el Museo Nacional de Islandia, que aunque de reducidas dimensiones, ofrece una visión muy didáctica de la historia del país a través de piezas de gran valor.

Islandia es un país donde la Naturaleza se impone. El patrimonio monumental es escaso, y muy pocas construcciones tienen más de cien años. Las construcciones son efímeras y la presencia humana parece prever la posible desaparición de sus frágiles obras tras el nuevo enfado de la Tierra.



Pero en este museo podemos apreciar elementos del pasado muy interesantes que nos muestran el verdadero rostro de una sociedad que ha ido cambiando a lo largo de la Historia de un modo similar al resto de las sociedades europeas, algo no tan fácilmente apreciable “ahí afuera”



Comienza la exposición, como no podía ser de otro modo, con los primeros asentamientos humanos en el siglo IX de nuestra era, por parte de monjes irlandeses primero y de noruegos inmediatamente después. Éstos colonizan la isla y aunque en principio su religión escandinava politeísta se impone, al poco tiempo la conversión oficial al cristianismo cambia radicalmente la estructura social. Una nueva lengua (el latín), totalmente desconocida hasta entonces, irrumpe en las élites culturales, aunque siempre en convivencia con el noruego, que es elevado a lengua literaria de primer orden por las Sagas, siglos antes de la maduración culta de las lenguas comunes en el resto de Eurooa. Esta figura es especialmente notable, pues puede representar igualmente al dios escandinavo Thor y a Cristo, sin que haya consenso entre los expertos, planteándose incluso que pudiera representar a ambos a la vez…




La época de dominio noruego representa el afianzamiento de la nueva religión, con sus dos obispados, catedrales, monasterios e iglesias que se convierten en parroquias desde su origen de lugares de culto familiar.



Los largos siglos de soberanía danesa ven la evolución de Islandia al ritmo de los acontecimientos europeos. La reforma luterana es aplicada con estricta observancia, suponiendo la destrucción de catedrales, monasterios y gran cantidad del patrimonio religioso medieval.



Por último, el siglo XIX ve el nacimiento de un movimiento nacionalista cada vez más unido, que culminará con la independencia total en 1944. Es sin embargo una época en la que los modos de vida no han cambiado tanto, manteniéndose similares a los de siglos pasados. La mayor parte de la población vive en cabañas como ésta.





Un museo muy interesante, ya que como comentábamos, es francamente complicado encontrar nada “histórico” en el país, más allá de los lugares naturales donde tuvieron lugar los acontecimientos más señalados.

viernes, 28 de agosto de 2009

La Laguna Azul



El la península de Reykjanes, en el suroeste de Islandia, la energía geotermal se aprovecha especialmente. Grandes plantas de aprovechamiento del calor de la Tierra proveen de energía a buena parte del país.





En una de ellas, el agua del mar se bombea al interior ardiente, y con el vapor se genera la energía. Se aprovecha una zona de manatiales volcánicos, y entre "los residuos" de la planta y el agua caliente que mana se ha creado una zona de lagunas de un azul intenso.

Aprovechando el entorno, la Laguna Azul se ha convertido en el destino más visitado del páis. Una gran laguna de color azul cielo entre un inmenso campo de lava negra, a una temperatura variable según las zonas pero caliente en todas ellas, permite el baño en cualquier época del año al aire libre.



La mayor parte de la extensión está acotada, ya que las temperaturas son excesivas, pero en el resto los bañistas se distraen con el barro de sílice (una pasta de color blanco que se seca en pocos minutos), aparentemente con excelentes propiedades para la piel.

jueves, 27 de agosto de 2009

La península de Snaefells



La península de Snaefells consituye el extremo occidental de Islandia, y es visible (en días claros) desde la capital. La figura imponente del glaciar Snaefellsjökul, con su gran masa de hielo y nieve es un vigía permanente de la zona. Este glaciar se aposenta sobre el volcán Sanefells, mundialmente famoso por ser el lugar donde Julio Verne situó la entrada a las profundidades en Viaje al centro de la tierra.

Aunque Verne nunca estuvo en Islandia, su descripción de la zona es detallada y acertada. El paraje de Budir, con su solitario hotel frente a un inmenso campo de lava, es la mejor atalaya para contemplar el gigante helado.





Este campo de lava está atravesado por un sendero señalizado conmontones de piedra y marcado por las herraduras de los caballos que durante cientos de años marcaron la ruta que comunicaba el puerto pesquero más al oeste con el resto del país. Este tortuoso camino, lleno de “trampas” en forma de simas y fracturas en la lava ha sido en cordón umbilical que ha alimentado a la isla por generaciones.

La iglesia de Vidimyr



Entre el escaso patrimonio monumental de Islandia destacan una serie de iglesias de madera cuyo característica más vistosa es su tejado de hierba. Este tipo de cubiertas se utiliza también en algunas casas, aunque la mayoría de estos edificios realmente sustituyen a otros más antiguos que ya existían en el lugar.





La iglesia de Vidimyr es una de las mejor conservadas. En su pequeño interior, nada más abrir la puerta, una presecia súbita surge de la oscuridad. Es el cobrador de la entrada, escondido en las tienieblas...

Akureyri



Akureyri es la mayor población de Islandia fuera del área de Reykjavik. A pesar de ello tiene sólo 15.000 habitantes, con lo que su fisonomía no deja de ser la de un pueblo crecidito. Su posición, en el fondo de un fiordo y bajo unas imporesionantes montañas nevadas le ofrecen una imagen más hermosa que a la mayoría de las poblaciones de la isla, así como un clima más benigno,

Estamos a pcoos kilómetros del círculo polar ártico, y a pesar de ello, el orgullo de Akureyri es su jardín botánico, cuidad con esmero e intensidad, que nos ofrece flores y plantas de todas las latitudes, incluyendo las tropicales, al aire libre.





Un puñado de casas antiguas, que en Islandia equivale a decir con unos cien años, marcan el centro más recogido, presidido por una prominente iglesia obra del mismo arquitecto que la de Reikjavik. Como curiosidad, la vidriera central proviene de la catedral ingles de Coventry, siendo lo más notable de la misma. La vidriera se desmontó en Coventry en la Segunda Guerra Mundial, para evitar su destrucción (la catedral en efecto due destruída poco después por la aviación alemana). Algunos paneles se "perdieron", y el que vemos fue comprado en un anticuario de Londres por un akureyrano que lo donó a la iglesia de su ciudad.







La capital del norte tiene un precendente en el asentamiento de Gásir, unos kilómetros al norte. Hoy sólo unas exiguas ruinas atestiguan lo que fue el polo comercial del norte de Islandia, con fuertes relaciones con la liga hanseática.

martes, 25 de agosto de 2009

Godafoss



O como ya podemos traducir sin mirar la guía, la catarata de los dioses. Una de las más bonitas, sin duda, aunque menos atronadora y vigorosa que otras cuantas. Recibe este nombre porque cuando en el parlamento de Thingvellir se proclamó el cristianismo como religión oficial de Islandia, (en el año 999 o 1000, no hay consenso) el “lector de la ley” arrojó a este salto de agua las figuras de los dioses vikingos, vigentes hasta entonces.



Por cierto, que la antigua religión nórdica, con sus dioses asociados a fenómenos naturales y muy vinculados en general con la Naturaleza, es seguida por aproximadamente por un ocho por ciento de la población actual, con sus ritos de iniciación y brindis como máximos exponentes.

Los pseudocráteres



Decenas de islotes salpican el lago Mývatn. Observados con un poco de detenimiento descubrimos que son cráteres de formas suaves, recubiertos de hierba. Alguno, muy erosionado, ya no tiene esa forma, pero la mayoría son pequeños “volcancitos” verdes.



Sin embargo, reciben el nombre de pseudocráteres porque no son “bocas” por las que el magna del interior de la tierra fue expulsado. Su origen es otro. La lava de un volcán cercano llega hasta el lago. Atrapa bajo su paso grandes cantidades de agua. Esta agua se calienta y hace explotar el manto de lava que lo aprisiona, saliendo con fuerza y arrastrando material de proyección que forma las suaves colinas que vemos ahora.