sábado, 29 de agosto de 2009

El Museo Nacional de Islandia

Cerramos el círculo de la isla regresando a Reykjavik. Aprovechamos para visitar el Museo Nacional de Islandia, que aunque de reducidas dimensiones, ofrece una visión muy didáctica de la historia del país a través de piezas de gran valor.

Islandia es un país donde la Naturaleza se impone. El patrimonio monumental es escaso, y muy pocas construcciones tienen más de cien años. Las construcciones son efímeras y la presencia humana parece prever la posible desaparición de sus frágiles obras tras el nuevo enfado de la Tierra.



Pero en este museo podemos apreciar elementos del pasado muy interesantes que nos muestran el verdadero rostro de una sociedad que ha ido cambiando a lo largo de la Historia de un modo similar al resto de las sociedades europeas, algo no tan fácilmente apreciable “ahí afuera”



Comienza la exposición, como no podía ser de otro modo, con los primeros asentamientos humanos en el siglo IX de nuestra era, por parte de monjes irlandeses primero y de noruegos inmediatamente después. Éstos colonizan la isla y aunque en principio su religión escandinava politeísta se impone, al poco tiempo la conversión oficial al cristianismo cambia radicalmente la estructura social. Una nueva lengua (el latín), totalmente desconocida hasta entonces, irrumpe en las élites culturales, aunque siempre en convivencia con el noruego, que es elevado a lengua literaria de primer orden por las Sagas, siglos antes de la maduración culta de las lenguas comunes en el resto de Eurooa. Esta figura es especialmente notable, pues puede representar igualmente al dios escandinavo Thor y a Cristo, sin que haya consenso entre los expertos, planteándose incluso que pudiera representar a ambos a la vez…




La época de dominio noruego representa el afianzamiento de la nueva religión, con sus dos obispados, catedrales, monasterios e iglesias que se convierten en parroquias desde su origen de lugares de culto familiar.



Los largos siglos de soberanía danesa ven la evolución de Islandia al ritmo de los acontecimientos europeos. La reforma luterana es aplicada con estricta observancia, suponiendo la destrucción de catedrales, monasterios y gran cantidad del patrimonio religioso medieval.



Por último, el siglo XIX ve el nacimiento de un movimiento nacionalista cada vez más unido, que culminará con la independencia total en 1944. Es sin embargo una época en la que los modos de vida no han cambiado tanto, manteniéndose similares a los de siglos pasados. La mayor parte de la población vive en cabañas como ésta.





Un museo muy interesante, ya que como comentábamos, es francamente complicado encontrar nada “histórico” en el país, más allá de los lugares naturales donde tuvieron lugar los acontecimientos más señalados.

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