martes, 25 de agosto de 2009

Algunos animales

Islandia es un paraíso natural, pero a la vez un infierno. Por ello, no muchos animales pueden adaptarse a su clima.



Los que más vemos, aves aparte, son estas ovejas rechonchas (si fueran más altas se las llevaría el viento), que están por todas partes, en los montes más perdidos y lejos de cualquier ser humano. Incluido las cartas de los restaurantes, donde siempre hay cordero, y muchas veces sólo cordero como carne. En jamón semicurado, en filete, la cabeza al completo ojos incluidos… pero nada de paletillas a la castellana, lástima…





Siempre están en grupos minúsculos de dos o tres como mucho, no en rebaños, y su comportamiento parece más parecido a las cabras. Hasta parecen un poco listas y todo… Eso sí, cruzan las carreteras cuando quieren, y a veces se quedan…





El siguiente mamífero tras el cordero que más abunda es el caballo islandés. Hay miles, sueltos en las praderas o en cualquier granja. Son bajos, con patas fuertes y unas grandes melenas. Muy amigables. Por lo visto, tienen un paso más que el resto de caballos, entre trote y galope, ideal para la montaña.






Los cisnes. Nos sorprende verlos por estas latitudes, en zonas abiertas e inhóspitas y en el mar. La imagen que tenemos es la de parques urbanos, pero aquí hay muchos y no se acercan para que les des pan…





Aves a miles, y de gran variedad. Muchos patos, gaviotas varias, alcas, eiders (los de las plumas de los edredones) y muchas más que por nuestro vasto desconocimiento ornitológico no logramos identificar ni escindir de los tipos anteriores. Y frailecillos, nuestra asignatura pendiente, de momento…

Focas. Sí, hemos visto alguna asomando la cabeza o haciendo una cabriola. En las zonas más inaccesibles y en algunas pequeñas islas parece que hay bastantes, aunque no hemos visto colonias enteras.

Y los que no hemos visto, renos, zorros árticos y los dichosos frailecillos...

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