martes, 25 de agosto de 2009

Reykjavik



La capital de Islandia tiene 120.000 habitantes, y con las pequeñas poblaciones cercanas reúne al sesenta por ciento de la población de país. Es una ciudad de casas bajas, dispersas salvo en el centro, con poco tráfico y bastante silencio.



No tiene monumentos significativos, si acaso la imponente iglesia que domina la ciudad desde la colina central, ahora rodeada de andamios. Lo más notable es un gran lago refugio de aves, llamado… Lago y sobre todo la calle Laugavegur (ni muy larga ni muy ancha), donde se concentran los bares de moda y las mejores tiendas. La tradición obliga a los jóvenes a discurrir en calmada procesión motorizada por esta calle, viendo y dejándose ver, nada más disponer de permiso de conducción. Damos fe de ello, ya que coincidiendo nuestra estancia en viernes, la parsimoniosa fila fluye ordenada.





La mayoría de las casas, como en todo el país, está recubierta de chapa ondulada pintada en vivos colores, para proteger de las inclemencias invernales. Las más antiguas, del siglo XIX, lucen orgullosas el año de construcción en su fachada.



Esta es la sede de las reuniones del gobierno, en la calle principal. Modesto edificio sin protección ni vigilancia alguna…



Perlan (La Perla) es un depósito de agua para la ciudad, con un mirador y restaurante, visible desde gran parte de la ciudad.

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