sábado, 22 de agosto de 2009

Saltaire, Patrimonio de la Humanidad



Retomamos algunas imágenes de Inglaterra, en nuestro camino hasta Londres para tomar el avión con destino a Islandia.

Hacemos escala en Saltaire, a día de hoy un barrio más de Bradford, en el centro industrial del país. Se trata del mejor ejemplo de la arquitectura victoriana realizada bajo el impulso del movimiento paternalista, significando así mismo el modelo de ciudad jardín que se desarrollará profusamente desde entonces.

Su nombre proviene de su fundador, Sir Titus Salt, y del río Aire, en cuya ribera se asienta. Salt desarrolló una fulgurante carrera en la industría textil, siendo el introductor del tejido de alpaca, lo que lo convisrtió en una de las principales fortunas de la época.

Cercano a la cincuentena, viendo la mísera existencia de sus trabajadores decidió construir este inmenso complejo fabril con una ciudad anexa, con todos los servicios (guarderías, escuelas, centros de educación para adultos, iglesias, jardines...), alejada del insalubre centro protoindustrial de Bradford.





La gran fábrica era la más grande del mundo en su época, superando en tamaño a la catedral de San Pablo en Londres, un hecho celebrado en su momento como algo extraordinario.

La disposición en cuadrícula de las calles, las amplias zonas verdes y sobre todo los servicios a disposición de los trabajadores supusieron una mejora considerable en las condiciones de vida de éstos, lo que no significaba que Sir Titus no fuera un patrón enormemente exigente, tanto en el cumplimiento de las obligaciones laborales como en el correcto comportamiento social (con especial atención a los problemas de alcoholismo). Este moderno bar, llamado "No se lo digas a Titus" aún lo recuerda...

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