El inmenso glaciar desagua a lo largo de la costa sur mediante infinidad de ríos y lagunas. Pero un gran frente ha creado con los elementos arrastrados por el hielo un gran desierto de partículas pétreas y arena negra.
Es el Sandur, uno de los más terribles entornos de la isla. Hasta hace pocos años la carretera no pasaba esta zona, teniendo que rodear completamente la isla para llegar hasta la cercana población de Hofn. Los ingenieros crearon varios puentes para “sobrevolar” las zonas más complicadas. Sin embargo, una erupción creó un aluvión de tal magnitud que arrasó por completo la obra. En la foto, lo que hizo con los pilares de acero en unos minutos… Los puentes se reconstruyeron y hoy siguen funcionando, a la espera del siguiente cataclismo…
Las tormentas de arena, con los fortísimos vientos que sufrimos, eran visibles a decenas de kilómetros. Todas las guías advierten que salir unos metros de la carretera con el coche es quedar irremediablemente varado, ni tracción a las cuatro ruedas ni nada… Un paisaje realmente fascinante…
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