Otra catarata, como ya sabemos por la terminación. Esta tiene una altura de 60 metros y se precipita en un entorno verde y apacible. Su sonido es susurrante, nada estruendoso a pesar del enorme caudal que desaloja. Aunque es cierto que aproximarse a menos de cien metros es terminar empapado.
En Islandia hay más de 10.000 cataratas. En las laderas de la mayoría de las montañas éstas se suceden cada pocos cientos de metros, de modo que no es extraño contemplar decenas de ellas a la vez en un gran muro verde. Pero algunas, como esta de Skogar, son realmente especiales.
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